(Adaptado del libro: Trabajando en equipo, Daniel Prieto, Editorial
Vida, 2014 y Publicado en Foursquare Leader Prayer)
Alguien expresó en
cierta oportunidad: "Ninguno de nosotros es tan listo como todos
juntos". Valorar es reconocer,
es estimar, es reconocer el mérito de alguien. Y diversidad es variedad,
desemejanza y diferencia entre los miembros de un equipo o una comunidad. Es la
abundancia, es la gran cantidad de varias cosas distintas entre ellos.
Los equipos exitosos
son aquellos que tienen la capacidad de reconocer que en su diversidad, y no en
su uniformidad, está su fuerza y su riqueza.
Cuando hablamos de la
diversidad en un equipo, expresamos que los miembros de ese equipo representan
una variedad de culturas, costumbres, caracteres, habilidades, dones, formas
de hacer, formas de pensar y realizar, etc., que lógicamente manifiestan
la desemejanza entre los integrantes de ese equipo señalando sus diferencias.
Ahora, es importante
que entendamos que las diferencias en un equipo pueden servir para la guerra o
para la grandeza. Cuando se mira la
diferencia con el otro como una amenaza, como una molestia, como algo inferior
a lo que yo soy, entonces la diferencia traerá conflictos. En el equipo, opinar
diferente será para discutir. Entonces, los diferentes dones y capacidades se
usarán para competir. Las diferencias de carácter y de costumbres serán el
ingrediente principal del chisme y de la desacreditación del otro. Pero cuando se tiene la virtud de mirar la diferencia
con el otro como una bendición, como algo estimado y que posee valor y mérito,
entonces la diferencia traerá grandeza.
Valorar la diversidad
en nuestros equipos de ministerio significa unirnos espiritualmente como hermanos en Cristo, amándonos,
respetándonos y valorándonos más allá de nuestras diferencias. Aunque la unidad
es una realidad objetiva real, también es una meta a experimentar. La gente
tiene conceptos preconcebidos unos de otros y usualmente poseen diferentes
aspiraciones. La madurez, el esfuerzo y el trabajo de la fe por amor son
necesarios para mantener la unidad del Espíritu (dentro de un cuerpo diverso)
por medio de los lazos de paz. Debemos cultivar la unidad y trabajar en ella
como iglesia. Unidad significa que somos diferentes pero que nos amamos,
respetamos, valoramos y habilitamos para ser quienes debemos ser y hacer lo que
debemos hacer.
Valorar la diversidad también es liberar nuestra diversidad al enlazar
nuestro corazón en una pasión por las almas, establecer relaciones ministeriales inteligentes y espirituales,
y poner en comunicación nuestras
diferencias antes que ponerlas en oposición, para que lejos de acentuar las
diferencias podamos celebrar nuestras diferencias y afirmar nuestra identidad
como pueblo de Dios: gente de todo linaje y lengua, y pueblo y nación (Apocalipsis
5:9).
Que al valorar nuestra
diversidad la iglesia y el equipo donde servimos sea …
Una iglesia/equipo con
miembros muy diferentes unos de los otros – 1 Corintios 12:12-21
Una iglesia/equipo con
redimidos de todo linaje y lengua y pueblo y nación - Apocalipsis
5:8-10
Una iglesia/equipo con
adoradores de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas - Apocalipsis 7:9-10
Una iglesia/equipo con
ministros fructíferos de todos los pueblos - Isaías 56:2-7