miércoles, 30 de enero de 2013

Que nuestra sociedad sea comunidad


Diario de Daniel Prieto
Miércoles 30 de enero del 2013 – Westminster, Colorado

Que nuestra sociedad sea comunidad

LECTURA
Éxodos 23-24, Mateo 20:1-16 (Reina-Valera 1995)
REFLEXION

1 »No admitirás falso rumor. No te pondrás de acuerdo con el malvado para ser testigo falso. 2 »No seguirás a la mayoría para hacer mal, ni responderás en un litigio inclinándote a la mayoría para hacer agravios. 3 Tampoco favorecerás al pobre en su causa. 4 »Si encuentras el buey de tu enemigo o su asno extraviado, regresa a llevárselo. 5 Si ves el asno del que te aborrece caído debajo de su carga, ¿lo dejarás sin ayuda? Antes bien le ayudarás a levantarlo. 6 »No violarás el derecho del pobre en su pleito. 7 »De palabra de mentira te alejarás, y no matarás al inocente y justo, porque yo no justificaré al malvado. 8 »No recibirás soborno, porque el soborno ciega a los que ven y pervierte las palabras de los justos. 9 »No oprimirás al extranjero, porque vosotros sabéis cómo es el alma del extranjero, ya que extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto. 10 »Seis años sembrarás tu tierra y recogerás su cosecha, 11 pero el séptimo año la dejarás libre, para que coman los pobres de tu pueblo, y de lo que quede comerán las bestias del campo. Así harás con tu viña y con tu olivar. 12 »Seis días trabajarás, pero el séptimo día reposarás, para que descansen tu buey y tu asno, y tomen refrigerio el hijo de tu sierva y el extranjero. 13 »Guardad todo lo que os he dicho. No invocaréis el nombre de otros dioses ni los mencionará vuestra boca. Éxodo 23
Cuando leía estos mandamientos dados a un pueblo en medio del desierto hace miles de años atrás pensaba cuanto nos hacen falta estas reglas en nuestras ciudades y pueblos donde hoy viven miles y en algunos casos millones de personas. Qué diferente sería la calidad de vida de nuestras sociedades de hoy si pudiéramos posicionar nuestra vida juntos en base a estas reglas del ayer, que aunque hayan pasado miles de años no son añejas ni pierden su valor y su fuerza para traer a nuestra vida justicia, paz y gozo en nuestro diario vivir.
Cosa triste y terrible es ver al hombre de nuestra sociedad vivir en medio de urbes con miles de sus semejantes, trabajar de sol a sol y no sentirse acompañado, sentirse que es tratado injustamente y como si eso fuera poco vivir afligido por los peligros y los problemas de una sociedad fuera de control. Es que la vida del ser humano es mas que los sueños que pueda lograr, la casa que puedas tener o el dinero que pueda ganar. El hombre solo es feliz cuando vive en una sociedad que es comunidad para él y donde puede sentirse apreciado, respetado y tratado justamente y donde la paz y el gozo son el verdadero descanso de cada día.
Si quisiéramos prestarle atención a estas normas como sociedad, entonces veríamos como el reino de Dios hace de nuestra sociedad una comunidad donde en lugar de destruirnos nos edificamos, “porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo … Por lo tanto, sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación. Romanos 14
ORACION

Padre Celestial, Ayúdanos como sociedad a rendirnos a tus normas que trascienden los tiempos y las épocas y tienen todo que ver con nuestra esencia como seres humanos. Cielo tierra pasan pero tu palabra nunca pasa. Danos oídos para escuchar y un corazón para obedecer. Necesitamos que nuestras sociedades sean comunidades de justicia, paz y gozo. Venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como se hace en los cielos. En el Nombre de Jesús. Amén

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